From The Inside
Intersexualidad o cómo aúlla la “I” (Parte II)
Alex Maresma
May 2023

Aquí la última de las tres voces:

Laura Vila Kremer (ella)

@colectivoquenosalgadeaqui  

Actriz enérgica y activista entregada. Ha hecho del arte su grito y su espacio, y cuenta con una pasión que le desborda por los ojos y por los gestos, y es algo inevitablemente hipnótico que va más allá.

¿Qué significa ser una persona intersex?

Tener una diversidad anatómica, en este caso sexual, que ha sufrido una violencia biomédica y social. Para mí es muy importante tener en cuenta las dos partes. Muchas veces se habla solo de la diversidad sexual anatómica (todas estas variabilidades en términos de hormonas, cromosomas sexuales, genitales, etc. que rompen los patrones binarios), pero si nos quedamos solo con eso podríamos decir que prácticamente todo el mundo es intersex, porque todas somos diversas y porque todos los genitales son distintos. Lo que nos diferencia a las personas intersex es que hemos sufrido una serie de violencias y estigmas añadidos simplemente por cumplir unos indicadores y casillas médicas que las personas endosex no cumplen. Y por esa serie de diagnósticos patologizantes derivados de esta diversidad, se nos ha percibido como cuerpos antinaturales, como errores de la naturaleza. Y lo más sorprendente es que el relato médico ha afirmado y afirma que las mutilaciones y castraciones de cuerpos intersex se han dado -y se dan- en pro de evitar un riesgo psico-social y promover nuestro bienestar… Es un sin sentido. Así que, ante todo, hay que gritar bien alto que nuestros cuerpos intersex son posibles, naturales y deseables tal y como son.

¿Absolutamente todas las personas intersex pasan por operaciones en su infancia?

No, por suerte no todas las personas intersex pasan por operaciones no constentidas, pero eso es gracias también a la lucha del colectivo intersex. Aún así, dichas operaciones por razones culturales y estéticas, siguen dándose sin consentimiento o con un falso consentimiento informado, tanto en la infancia como en la adolescencia o en la edad adulta (a menudo se piensa que las intersexualidades se detectan siempre en el momento de nacer, pero no siempre es así. Yo, por ejemplo, recibí el diagnóstico en mi adolescencia). 

Por cierto, respecto a las mutilaciones genitales, es decir, intervenciones médicas no consentidas y por razones estéticas sobre genitales intersex, me parece terrible que se siga hablando de genitales ambiguos, que no es más que parte de la terminología estigmatizante con la que se refieren a nosotras desde la práctica clínica. Ningún genital es ambiguo, lo ambiguo es su mirada, la perspectiva biomédica con la que nos escudriñan. No es casual que en nuestro contexto se hable mucho de la mutilación genital en África, y muy poco de la que sucede aquí, en nuestros hospitales y en Occidente, a diario, y de las recomendaciones médicas sesgadas que acompañan dichas intervenciones y diagnósticos, sin toda la información encima de la mesa, y obviamente sin perspectiva feminista.

¿Cómo afecta esta desinformación a las propias personas intersex?

Tiene un efecto devastador; lo he comprobado en primera persona y a través de mis compañeras. De entrada, que lo único que tengas para leer y entender tu cuerpo y tu sexualidad sea un diagnóstico médico es extremadamente violento. Pero es que, además, el silencio que se receta junto al diagnóstico es la tónica habitual. No conozco todavía experiencias interex que no hayan recibido esta invitación a callar “porque seguramente nadie lo va a entender”. Entonces, ¿qué te queda? Pues te aferras a ese papelito que te han dado en la consulta como la explicación a todo… y eso es muy peligroso.

¿Cómo encontraste referentes?

La primera vez que encontré referentes fue en un grupo de apoyo de una asociación que se llama Grapsia, que ha estado muy vinculada a la comunidad médica y que afortunadamente ha hecho mucha pedagogía con personal médico y sanitario; ojalá esa pedagogía llegase a las universidades y facultades de ciencias de la salud. Los grupos de apoyo como GrApSIA aún son necesarios para muchas familias y personas adultas intersex que necesitan ese vínculo con la comunidad médica. No olvidemos que muchas de nosotras, queramos o no, estaremos vinculadas a la medicina de por vida (en mi caso, por ejemplo, necesito una terapia hormonal sustitutiva de por vida ya que me extirparon los testículos, práctica muy cuestionada actualmente).

A partir de este grupo fui encontrando a más gente. Algunas compañeras han fundado una nueva asociación, Kaleidos, que por primera vez pone el foco en la diversidad corporal y se aleja de las categorías médicas. Por mi parte, junto con Mer Gómez, iniciamos también hace unos años el Colectivo i de intersex. Y así, poco a poco, te vas organizando, vas encontrando a iguales y te vas encontrando a ti misma.

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¿Cómo nació el Colectivo i de intersex?

Nació a raíz de una primera formación que hicimos Mer y yo para la Diputación de Barcelona en 2019. Teníamos -y tenemos- una mirada afín y la necesidad de divulgar, sensibilizar, generar contenidos y tejer redes como activistas y sujetos expertos en la materia que somos, huyendo del papel testimonial al que a menudo nos recluyen. No es una asociación ni un grupo de apoyo, es un colectivo desde el que formar e informar con perspectiva feminista. Y por suerte cada vez hay más instituciones, entidades, colectivos y personas que quieren aprender de y sobre la “i”.

Tú eres actriz y formas parte de “Que no salga de aquí”, ¿Qué nos puedes contar de este colectivo?

El Colectivo Que no salga de aquí es un colectivo artístico y escénico que intenta generar nuevos imaginarios en torno a la experiencias de vida intersex. Lo iniciamos tres colegas que habíamos estudiado juntas (Víctor Ramírez, Raquel Loscos y yo) y a las que nos gusta trabajar en sintonía. Víctor viene del ámbito de la historia del arte y la performance, y Raquel y yo de las artes escénicas.

Yo tardé mucho en contarles mi historia de vida intersex, y cuando lo hice tuvimos ese deseo de fusionar activismo y profesión, e iniciar esta compañía. Empezamos con una micropieza para el Cabaret Trans de 2019 donde, por primera vez, Miguel Missé quiso contar con una propuesta artística intersex que pudiese dialogar con todas las propuestas trans* presentes en dicho Cabaret. Justo en el momento en el que nos lo propuso, nosotras llevábamos un tiempo queriendo hacer una producción mayor, y esta micropieza nos pareció una buena manera de empezar el viaje. Más tarde conseguimos financiación, gracias a FiraTàrrega, para iniciar la producción y creación de Hermafroditas a caballo o la rebelión del deseo, que es la obra de mayor formato que soñábamos y que está siendo un regalo para todes. Estamos en plena gira y queremos que llegue a todas partes.

Lo que hace esta pieza es hablar de la intersexualidad reescribiendo el mito del hermafrodito griego a través de darle voz a aquellas personas que, en la actualidad, encarnamos dicho mito.  Nuestro objetivo es doble: denunciar las violencias recibidas y, a la vez, celebrar la existencia de las personas intersex como una posibilidad para repensar la manera en que todas las personas -intersex y endosex- nos relacionamos, flexibilizando así el deseo y los imaginarios corporales, y contemplando también la posibilidad de querer traer al mundo personas como nosotras, cuerpos y experiencias intersex de las que tenemos mucho que aprender (como de tantas otras experiencias disidentes que ponen en cuestión las normas sociales).

¿Cómo vives exponerte encima del escenario?

Explicar mi historia siempre es un salto al vacío. Sí que es cierto que en Hermaforditas a caballo o la rebelión del deseo fue diferente, seguramente porque ya llevaba un recorrido y ya la había empezado a explicar en otros contextos, y porque tengo el privilegio de vivir en un entorno en el que puedo ser abiertamente intersex (aunque ha costado mucho llegar hasta aquí, claro). En la obra, además, no estoy sola, en el escenario estoy acompañada por compañeras de lucha, a través de las espectaculares proyecciones y visuales de Carme Gomila, y eso resulta algo muy empoderante. 

Nos alegra especialmente que las personas intersex que asisten a las funciones salgan pletóricas, orgullosas y empoderadas. Eso es muy emocionante para nosotras; ya hemos llorado demasiado. En cambio, gran parte del público endosex sale muy tocado y emocionado. En el proceso de creación nos preocupaba especialmente poder interpelar a ese público general, era uno de nuestros objetivos: poder generar preguntas sobre sus propias experiencias y su propia diversidad, sobre cómo actúa el endocisheteropatriarcado y la norma binaria en aquellas personas endosex o sin experiencias LGTBI. Ahí está una de las semillitas del cambio.

¿Cuáles són tus referentes?

Todas mis compañeras intersexys: de GrApSIA, de Kaleidos y de otras redes; todas esas activistas de la vida diaria, sean públicas o no. Cada una hace el activismo como puede; hay quien pone la cara, y quien no, hay quien usa seudónimos, y quien no. Yo misma empecé detrás de un pseudónimo, y poco a poco fui haciéndome más visible, son procesos.

Por suerte, también surgen nuevos referentes culturales, y eso me llena de esperanza, porque creo fuertemente en nuestros derechos culturales y en la necesidad de nuevas representaciones para generar cambios sociales. Es el poder transformador del arte. Nosotras estábamos huérfanas de dichos referentes en nuestro contexto cultural y, por eso, en los últimos años hemos tenido que engendrarlos. Para mí, Mer Gómez es un gran referente cultural, a través de sus monólogos y de su libro La rebelión de las hienas está creando imaginarios super potentes. Igual que Camino Baró, con su cuento Un secreto pelirrojo. O Alexina B., la nueva ópera de Raquel García Tomás. O nuestras Hermafroditas a caballo, por supuesto… ¡Que siga la rebelión!


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